AGOSTO,
MES DE CABAÑUELAS
Agosto
es el octavo mes del año. Está dedicado al emperador romano César
Octavio Augusto, por su victoria sobre las tropas de la reina
Cleopatra de Egipto y su amante Marco Antonio, también general
romano, hace unos 2000 años.
Tiene
31 días muy calurosos, aunque climatológicamente hablando pueden
ser muy variables. Nos podemos encontrar con días completamente
nublados, con nieblas matinales, con calima… y como los días se
van haciendo cada vez más cortos y las noches, lógicamente, se van
alargando, hacen que ocasionalmente las temperaturas nocturnas se
suavicen y algunos amaneceres los encontremos demasiados frescos:
“En agosto, frío en rostro”
En
este mes el campo está amarillo, agostado; los olivos “lacios”,
los ríos, como nuestro Guadalemar seco o casi seco y la evaporación
en huertas o cualquier zona regable es enorme.
Agosto,
desde tiempos pasados, también es el mes de observación de las
denominadas “cabañuelas”.
Concretamente en Garbayuela, desde el día 1 hasta el día 24.
En
el diccionario enciclopédico Larouse, encontramos esta definición
de cabañuelas: “Pronóstico que hace la
gente de pueblo, del tiempo que hará en los
próximos meses del año o del siguiente verano, basado en la
observación de ciertas variaciones atmosféricas”.
Ya
intuimos por la propia definición que el método está un poco
desacreditado, más por la forma de hacerlo que por quien lo hace,
vamos, que de uso de tecnologías, nada. Todo al natural. O quizás
por las dos cosas.
De
todas formas, y precisamente por su antigüedad, os explico como se
“tomaban” en Garbayuela, según me lo explicaron a mí en su
día:
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Observar el cielo, uno de los indicadores para realizar un pronóstico acertado. ( Foto: Justo Para) |
Para
la realización de esta predicción, los expertos
se basan en ciertos indicadores atmosféricos, como la dirección
del viento, las clases de nubes, la fase de la luna de ese día, la
subida o bajada de las temperaturas, si llueve o ha estado a punto de
llover, si hay nieblas matinales, sin olvidar las tormentas y sus
posibles granizadas. También se puede tener en cuenta el
comportamiento de ciertos animales, pájaros principalmente, e
incluso las circunstancias especiales que puedan darse en personas
de su entorno, tales como dolores musculares y articulares, picazón
e hinchazón de cicatrices de heridas anteriores, e incluso ¡estados
emocionales de ellos mismos o de sus familiares más allegados.
Todo
esto lo van anotando cuidadosamente a lo largo de cada una de las
veinticuatro horas del día, combinándolo según sólo ellos saben
hacerlo, para después pronosticar el tiempo que hará en cada
quincena de cada uno de los meses del año siguiente, si la quincena
va a ser seca, lluviosa, con muchos aires, con tiempo tormentoso…,
con arreglo a esta distribución:
- Todo lo que anoten del día 1º de agosto, servirá para pronosticar la primera quincena de agosto del año próximo; lo anotado el día 2, para la primera quincena de enero; lo del 3 para la primera de febrero, y así hasta que lleguemos al día 8 que corresponderá a julio y el 9 a septiembre, (nos saltamos agosto por que ya lo pusimos el día 1). A partir de ahora ya no hay lío. El 10 para octubre, el 11 para noviembre y el 12 para diciembre (no olvidar que siempre nos referimos a la primera quincena de cada mes).
- Las segundas quincenas las anotan así:
Día
13, segunda de diciembre; día 14 segunda de noviembre y así
seguiremos, en sentido descendente hasta llegar al día 24, que
corresponderá a la segunda quincena de enero, dándose por terminado
todo este embrollo de la
cogida de las cabañuelas. Parece
difícil, pero no. Cuando se coge el tranquillo
es fácil de entender.
Lo
que yo veo más difícil es la combinación y la interpretación de
todos los fenómenos anotados, para luego publicar sus pronósticos
sin ninguna vacilación y sin temor a equivocarse. Ahí tenemos,
como ejemplo, los pronósticos del Calendario Zaragozano, que para
más “inri” lo hace a nivel nacional.
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Portada del Calendario Zaragozano (Foto: Luis Agenjo) |
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Pronóstico del Zaragozano para este mes de Agosto ( Foto: Luis Agenjo) |
Sé
que hay otras formas de cogerlas, pero yo no pienso entrar en
polémicas ni discusiones. A mi me las explicaron así, y así os lo
he contado.
Como
también os voy a relatar lo que contestaba mi gran amigo y familiar
Eloy Gómez Agenjo (q.e.d.), cuando explicaba el resultado de las que
él mismo había cogido:
“Estas las cogió mi abuelo,
Pero también dijo mi abuela,
Que cuando quiere llover, llueve,
Y cuando quiere, lo deja”
(en su memoria)
Garbayuela, últimos
de julio de 2020
Luis A. Agenjo Rivas
Tema para hablar y no callar. Interesante y mágico, que da a los capacitados en interpretarlo un prestigio similar a los hechiceros y gurús de otras culturas. Se les considera poseídos de un don que les acerca a los "dioses", o al menos que estos les han dado esa gracia.
ResponderEliminarEn estos tiempos, las aplicaciones de los móviles referentes al tiempo, les han salido como competidores y, creo, que han perdido un poco de su aureola de seres especiales. En estos tiempos es difícil creer que si el día tres de agosto viene viento del norte vaya a llover en marzo del año que viene. Pero, fuera de discusiones científicas, es bonito conservar esto que no deja de ser una preocupación del hombre del campo por conocer lo que va a ocurrir. El hombre del campo de verdad, antes de acostarse mira el cielo y cuando se levanta vuelve a mirarlo. Al final comprobamos que somos insignificantes frente a la sabia naturaleza, aunque nos creamos, erróneamente, que dominamos todo.
Magnífico 👏👏
ResponderEliminarGracias Rodri. Sólo por leer tu comentario merece la pena haber recordado el tema de las cabañuelas. Muy bueno.
ResponderEliminarMe fío mas de los "expertos" nuestros que del Zaragozano, que si bien goza de fama, esta corre pareja a su índice de errores. De ahí el dicho: "fallas mas que el zaragozano" aplicado a algo o alguien que no acierta en lo que hace. De todas maneras es cierto que las cabañuelas es un arte el cogerlas y no todo el mundo vale. Y sus aciertos superan a sus fallos. Admiro a quienes se toman la molestia de hacerlo para ayudar a los demás. Mas antes q ahora. Gracias,Luis, por enseñarnos costumbres que fueron.
ResponderEliminarMuy bien explicado Luis, iba yo a contar aquello que decía el bueno de Eloy Gómez, lo dicho me enseñó mí abuelo y luego dijo mí abuela "llueve cuando quiere y cuando quiere lo deja". Pero como ya lo has contado tu, me limito a certificar su autenticidad.
ResponderEliminarEsa modalidad de Cabañuelas, que a mí me enseño Eloy, la estuve yo haciendo para Ronda unos pocos de años, las publicaba en www.laserranianatural.com (mí blog de naturaleza) con el nombre de "Cabañuelas de Garbayuela aplicadas a la Serranía de Ronda", adquirieron cierta fama de buena predicción de forma que había bastante gente que las seguía con fidelidad, sobre todo para ver el tiempo en la Serrana Santa, en la Feria y en Navidad. Puedo decir que tuve grandes aciertos pero también vergonzosos errores (aunque menos que aciertos modestia aparte). Al menos me sirvieron para fomentar el nombre del pueblo por estas tierras del sur.
Recuerdo un año que al yo salir de Ronda unos días y coincidir con los días de Cabañuelas, encargue a un amigo que tomara datos para luego yo hacer la previsión. Tomó sus datos a su manera y en uno de esos días se limito a poner lo siguiente: El tiempo que corresponde al día... tal... va a ser muy raro por que mi mujer ha estado esa mañana extraordinariamente simpática conmigo y eso no es normal en ella. Las cosas de mi amigo Gonzalo, que por cierto estuvo en el pueblo y dice que cómo le toque una primitiva se va a vivir allí pero sólo.
No sabía yo está faceta tuya y como es natural me he quedado asombrado por ello. Y más cuando las pública por aquellas tierras, con acierto o sin él, pero ahí quedaban. Yo se las escuché a Eloy mil veces, pero la verdad era un poquito ácrata.
EliminarEn fin: !hay que ver el revuelo que ha causado el relato!.
"Seguiremos informando".
Por cierto las de enero y febrero son bien buenas, digo yo.