jueves, 30 de julio de 2020

Las Cabañuelas


AGOSTO, MES DE CABAÑUELAS


Agosto es el octavo mes del año. Está dedicado al emperador romano César Octavio Augusto, por su victoria sobre las tropas de la reina Cleopatra de Egipto y su amante Marco Antonio, también general romano, hace unos 2000 años.
Tiene 31 días muy calurosos, aunque climatológicamente hablando pueden ser muy variables. Nos podemos encontrar con días completamente nublados, con nieblas matinales, con calima… y como los días se van haciendo cada vez más cortos y las noches, lógicamente, se van alargando, hacen que ocasionalmente las temperaturas nocturnas se suavicen y algunos amaneceres los encontremos demasiados frescos:

En agosto, frío en rostro”

En este mes el campo está amarillo, agostado; los olivos “lacios”, los ríos, como nuestro Guadalemar seco o casi seco y la evaporación en huertas o cualquier zona regable es enorme.
Agosto, desde tiempos pasados, también es el mes de observación de las

martes, 21 de julio de 2020

Al sol de Garbayuela


AL SOL DE GARBAYUELA.




     Salir a la calle en Garbayuela un día cualquiera del mes de julio o de agosto entre las tres y las seis o la siete de la tarde, es cosa de héroes. Las temperaturas normales de estos dos meses estarán siempre rondando entre los 37 y 40º a la sombra. Al salir a la calle el aire caliente nos dará un bofetón que nos hará preguntarnos, ¿dónde voy con este calor?. Pero nada, siempre ha sido así. Ahora y siempre. Y las noches… ¡cuidadito con las noches!

     Lo curioso del caso es que nos quejamos amargamente, como si esto no hubiese ocurrido nunca, como si nunca hubiese sido así. Y no nos acordamos que el año pasado fue igual. Que lo aguantamos como mejor pudimos y que aquí estamos otra vez este año pasando el mismo calor, quejándonos de nuevo y combatiendo estas temperaturas a base de percancear todos los medios que la tecnología pone a nuestro alcance.

     Pero, ¿nos hemos parado a pensar alguna vez, cómo lo hacían nuestros abuelos y bisabuelos? Ellos que no disponían de ventiladores, ni de aires acondicionados, ni frigoríficos…

     La respuesta es facilísima: aguantándose y poniendo su imaginación al servicio de la causa o simplemente utilizando el sentido común: no salir de casa en las horas centrales del día, beber agua,