sábado, 31 de diciembre de 2022

ACTIVIDADES REALIZADAS EN EL 2022

 

Memoria de Actos Culturales organizados por la Asociación Cultural FUENTELAMORA, de Garbayuela en el año 2022.



En febrero: Visita al abrigo pictórico de “ Los Ramones” y a las cazoletas, con Fernando, gran conocedor del Geoparque Villuerca-Ibores.



En marzo: Publicación del vídeo sobre el museo etnográfico, en Youtube, realizado por Julio Lázaro Alcobendas.



En abril, visita a Campanario, al yacimiento protohistórico de La Mata, al museo etnográfico de Juan Sánchez Huertas y visita guiada por el casco urbano de la mano de su cronista Oicial, Bartolomé Díaz.

Componentes de la Asociación en La Mata


En mayo, participación en la celebración “fiesta de la jara en flor”, decorando el rincón “ Garbayuela en el recuerdo”.



En julio: Publicación en nuestro canal de YouTube, de la entrevista a Felipe Martín Alcobendas, que nos habla de la máquina de hacer gaseosas y sifones, de los años 50 y que tenemos en nuestro museo etnográfico.

Felipe Martín Alcobendas


En agosto, organización de la exposición de cuadros de artistas locales “ Garbayuela pinta”. Mas de 300 personas visitaron la exposición.

                                                                



Publicación de dos vídeos en nuestro canal de Youtube, uno realizado por Julio Lázaro Alcobendas, sobre los cuadros de la Exposición y otro, una serie de entrevistas, realizadas por Justo Para Agenjo, a algunos de los artistas que habían expuesto sus cuadros.

Fefa Calderón, nos regaló un cuadro, de su autoría, que rifamos entre los asistentes al evento y nos ayudó a recaudar fondos. Gracias Fefa.

Durante el mes de agosto: los sábados 20 y 27 hicimos visitas guiadas a las pinturas rupestres y a los petroglifos y cazoletas. Asistieron una treintena de personas. Apertura al público del Museo etnográfico FUENTELAMORA, donde recibimos, entre otras visitas, a una veintena de niños que estaban realizando el campamento de verano en el pueblo.


 En las cazoletas

En las pinturas rupestres
                                                                                                     

Explicando lo inexplicable



En Septiembre, Entrevista a Eulalio Calderón Díez-Madroñero ( Filo ) que, una vez mas, nos adelantó la previsión del tiempo para el próximo año, por el antiquísimo método de “coger las cabañuelas.” y fué publicado en Youtube.

Eulalio Calderón 


En octubre, organización de las Jornadas Culturales: “ II SIBERCULTURA”. Y publicación en Youtube de los vídeos de las distintas intervenciones.


Público asistente



En noviembre, publicamos en nuestro canal de Youtube, una entrevista a Rafael Cendrero Gómez, sobre su trabajo, como Guarda forestal en Garbayuela, durante 37 años.

Un momento de la entrevista.



Placa identificativa

En diciembre, Celebramos la Asamblea General de socios, en la que se dio cuenta de las actividades realizadas y de los proyectos para el año 2023, así como de la situación económica, arrojando esta un saldo positivo de 3420,01 €.

Presidente, Secretario y Tesorero.

Al finalizar la Asamblea se hizo entrega de una placa a D. Andrés Rodriguez Gónzalez, en reconocimento a su labor cultural, así como ser uno de los impulsores para la creación de esta Asociación y por su colaboración con la misma.

Andrés Rodriguez González

A todo lo anterior hay que añadir los artículos, comunicados y noticias que hemos publicado en nuestro blog https://fuentelamora2019.blogspot.com.

Nuestro agradecimiento a todos los que colaboran, desinteresadamente, y de esta manera hacen posible que nuestras actividades, lleguen a buen fin. Gracias.

En el año 2023 seguiremos realizando actividades y, desde ya, invitamos a todos nuestros socios y simpatizantes que quieran colaborar, bien aportando ideas, proyectos, datos, historias, curiosidades, y de todo lo que se les ocurra, que crean de interés, antes que desaparezcan en el olvido y de la memoria colectiva, porque es nuestro pasado y es de bien nacidos el conocerlo y saber de donde venimos, para vivir el presente y planificar el futuro.

Contacto: Correo-e: fuentelamoragarbayuela@gmail.com

Felices fiestas y próspero año nuevo 2023, que venga lleno de cosas buenas y bonitas.

                                                  Saludos cordiales.








miércoles, 28 de diciembre de 2022

Carroñada de buitres

 Un relato mas, para acabar el año, de lo que fué testigo, nuestro observador, en mayo del 18. Esperamos que en el 2023 podamos seguir contando con sus relatos y sapiencias.

Animamos a quien quiera compartir sus conocimientos sobre nuestro pueblo, Garbayuela y su Comarca, a que se pongan en contacto con la Asociación Cultural Fuentelamora. Estaremos encantados de  difundir todo lo relacionado con nuestro Parimonio, Historia y Tradición.

21-5-2018   GARBAYUELA (desde la “ventana indiscreta”).


A primera hora de la mañana las campanas doblaban a muerto. A la dehesa que se desparrama entre callejas y cercones de piedra habían acudido carroñeros alados de riguroso luto. La escuadrilla de buitres negros que sobrevolaba las difusas lindes que separan los edificios del domesticado entorno natural, no quitaba ojo a la esquela que colgaba de una derruida pared de piedra sombreada por añosas encinas. Mucho más minucioso que su pariente el leonado, con la eficiencia de un perro de caza, poco escapa a la portentosa capacidad visual que despliega el buitre negro cuando rastrea el terreno, por muy fragoso o inaccesible que sea.

A media mañana, después de reconocer meticulosamente la zona, el más decidido perdió altura, desplegó el tren de aterrizaje y se posó dulcemente junto al cadáver de la merina. Abierto el camino, le siguieron igualmente el resto del equipo. No tardaron en unirse al festín los omnipresentes leonados, que desde las alturas se habían percatado de la maniobra. Lanzados como proyectiles, uno tras otro fueron posándose en el exuberante suelo de la dehesa para dar cuenta del despojo, al que todavía no habían hincado el diente sus parientes, más preocupados en sus habituales disputas jerárquicas antes de sentarse a la mesa. En poco tiempo se concentró una veintena de comensales, visiblemente animados y equipados para la ocasión. Tampoco quiso faltar a la cita una oportunista pareja de milanos negros y una terna de alimoches, que inusualmente se hizo presente a última hora, cuando suelen ser los primeros en anunciar el rancho. Aunque no suelen prodigarse hasta que han alcanzado la madurez, curiosamente, dos de ellos no quisieron desentonar y lucían el atuendo oscuro que distingue a los inmaduros.

El banquete dio comienzo como es costumbre entre invitados tan poco remilgados y la zaragata se podía escuchar desde la calle Larga. Mientras la masa de cuerpos apiñados se disputaba a base de zarpazos y picotazos  la mejor posición para despachar su ración, los milanos negros, haciendo uso de su portentoso vuelo, realizaban rápidas pasadas intentando rebañar las migajas desperdigadas por el suelo. Los alimoches, con buen criterio, se limitaron a levantar acta.


Sin orden ni concierto, todo transcurría como suele ser habitual en estas congregaciones, hasta que dos personajes entraron en escena. De algún misterioso lugar aparecieron dos perrazos ladradores con ganas de unirse a la juerga y no quedó en el suelo ni un solo buitre. Espantados, huían en tropel en todas las direcciones buscando seguridad en las alturas. ¡En buena hora…! Para su disgusto y el mío, de esta inesperada forma acabó la fiesta. Aunque entra dentro de lo previsible cuando un evento de esta naturaleza tiene lugar a poco más de un centenar de metros de las casas del pueblo.     

 


 

Jesús García Luengo

( Fotos y dibujo del autor )

jueves, 1 de diciembre de 2022

Río Guadalemar

Continuamos con la publicación de estos relatos, de El Observador, sobre el entorno natural de Garbayuela. Son las vivencias que su autor, a lo largo de estos años pasados, ha ido plasmando en papel y que ahora la Asociación FUENTELAMORA, va sacando a la luz, con estas entregas.


24-5-2019   RÍO GUADALEMAR. GARBAYUELA.

Si tuviera que definir de alguna forma la importancia de un río como el Guadalemar, diría que en su humildad está su grandeza. Sólo hay que recorrer cualquiera de sus tramos y contemplar el despliegue de vida que gira en torno a él para hacerse una idea su extraordinario valor. Río de extremos, condenado sin remedio a forzosos y radicales cambios estacionales, no es poco lo que le he dedicado en tiempo y letras a lo largo de los años. Unas veces ruidoso y otras veces tan mudo y polvoriento que cuesta reconocerlo, siempre tuvo algo que contarme; nunca dejé de escribirle. 

Como se barruntaba, la deslucida primavera venía pertrechada de todos los ingredientes  para agostar los campos a poco que asomara el abrasador sol estival, aunque todavía falta un mes para el cambio oficial de estación. Sometidas a los efectos de la inexorable subida de temperaturas y aventadas por un espantoso airazo solano, la imagen de las dehesas no puede ser más desoladora. Al menos las austeras retamas se visten estos días de gala, maquillando con su espectacular floración el crudo paisaje impuesto por una climatología implacable que nunca entendió de formalidades.

Decepcionantes han sido los largos ratos de observación que he dedicado a mis admirados seres alados en sus habituales áreas de querencia. Al menos ésa ha sido mi impresión después de pasar revista a las especies más emblemáticas que se reproducen a orillas del Guadalemar.

En la ladera de las culebreras se respiraba una siniestra sensación de vacío y soledad, agudizada por el deslucido y áspero secarral de un mayo irreconocible. En las dos horas que estuve haciendo guardia, ni la caprichosa culebrera visitó el nido, ni la cigüeña negra tampoco. Que las culebreras no ocupen la diminuta plataforma esta temporada, no me sorprendió, conociendo sus misteriosos hábitos, pero que las cigüeñas negras no estén criando donde lo han venido haciendo los últimos cuatro años, tiene su enjundia. Cabe la posibilidad de que esta veterana pareja haya decidido mudarse, habida cuenta de la baja tasa reproductiva y los fracasos cosechados en este nido. Entre luces y sombras, la destartalada carga de leña daba la impresión de estar medio volcada.

Tampoco ha habido suerte con la pareja de águilas perdiceras que anidan en el frondoso valle. Aunque tenía noticias de su presencia en el territorio, finalmente no ha criado en el pinar. Si estas enigmáticas águilas tienen otra alternativa, es un misterio que está por descubrir.

Por su querencioso comportamiento, parece que los milanos negros sí están criando de nuevo este año, así como la conocida pareja de águilas calzadas. Entrambas especies comparten territorio, aunque procuran guardar las distancias y respetan la linde entre los nidos, separados por poco más de cien metros. No se alejaron de la zona de cría  en el largo rato mañanero que eché en el puesto de observación junto al puente. Si bien las calzadas incuban en estas fechas (sólo vi al oscuro macho sobrevolando la zona), los milanos deben tener los pollos muy adelantados.

Nunca se echa en falta un ciento de buitres congestionando el espacio aéreo de la dehesa allí donde la merina dio sus últimos pasos. Como una disciplinada brigada de limpieza, el servicio de higiene y desinfección que prestan estos infatigables y eficientes buscadores de carroña no está pagado. Entre el numeroso bando de buitres leonados no suele faltar una estimable representación de sus parientes negros, más decididos y ceremoniosos, así como la testimonial presencia de una pareja de alimoches enfundados en su oscuro plumaje inmaduro haciendo labores de escolta. Hasta la cigüeña negra tuvo algún problema para cruzar el interminable rimero de buitres que se desparramaba a lo largo y ancho del río.

Caía la tarde cuando una terna de cigüeñas negras sobrevolaba las remansadas tablas que culebrean entre una impenetrable maraña de tamujos. Protegidas y confiadas entre la espinosa vegetación ribereña, pasan el día pescando en las someras aguas junto a garzas reales y sus parientes blancas hasta que se pone el sol.


No parece suponer ninguna amenaza para las zancudas la familia de zorros que ha elegido el tamujar para criar a sus zorretes. La astuta raposa no tardó en ventearme y rápidamente desapareció de mi vista ante la sorprendida mirada de los cachorros, que tardaron algo más en enterarse. Alertados, buscaron igualmente la seguridad del protector matorral, aunque el más curioso permaneció unos instantes observándome con evidente cara de asombro, siguiendo poco después el mismo camino al escuchar el chismoso disparo de la cámara. Si tiene suerte y vive para contarlo, no creo que en todos sus días vuelva a escuchar  un disparo más inofensivo.

Entre dos luces, cuando parece que la vida se toma un respiro y se serena, el Guadalemar no duerme.  Los seres de la noche toman el relevo y comienzan a despertar con todo su despliegue de sonidos. Desde los más grandes a los más diminutos, todos se buscan en la oscuridad. El Impetuoso coro de la rana común  y  la ranita de San Antonio se mezcla con la bella melodía de un ruiseñor desvelado. El chotacabras se despereza emitiendo igualmente su particular repertorio canoro y no tarda en sobrevolar enigmático y silencioso el viejo puente. De hábitos crepusculares, todo es extravagante  y cautivador en este misterioso pájaro.

La noche se vistió de embrujo para recibir al poderoso búho real. Encaramado en un poste, arrogante y amenazador impuso el silencio antes de perderse en la penumbra.


Perfumada de retama

volvió hermosa la sonata,

melodías hilvanadas

en murmullos de agua calma,

Guadalemar río sereno,

remansado ya descansa,

el ruiseñor no tiene sueño,

no se duerme si no canta.

 

Jesús García Luengo

( Fotos del autor)