Propongo
un ejercicio de agudeza visual para este artículo.
Contemplemos la evolución de Garbayuela, a lo largo de 75
años. Pero no a ras de tierra, a pie de calle, no, sino de una
manera muy particular, desde el aire.
Vamos
a volar sobre el pueblo, sin mareos, daremos varias pasadas, en
años distintos y observaremos como va creciendo Garbayuela, como se
va dotando de mas construcciones: casas, “tenaos”, toriles, y
cómo no, de tres centros imprescindibles y necesarios:
Uno,
donde nos inician al saber, otro del saber curar y en
última instancia el de donde guardar lo que sabemos y,
aledaño a éste, el de dónde manifestar o representar lo que
aprendimos en el primero y leímos en el tercero. Al segundo vamos
sin querer.
Fijémonos
en la Calle Larga, pongo por ejemplo, se va llenando de vida
con cada
construcción que se instala en ella, hasta llegar a estar plenamente henchida, llena de felicidad. Felicidad que le van dando sus nuevos moradores, que transforman lo que antes eran cercas de siembra, en siembra de nuevos vecinos llenos de ilusiones y proyectos.
construcción que se instala en ella, hasta llegar a estar plenamente henchida, llena de felicidad. Felicidad que le van dando sus nuevos moradores, que transforman lo que antes eran cercas de siembra, en siembra de nuevos vecinos llenos de ilusiones y proyectos.
A
las demás calles le va ocurriendo lo mismo: bullicio,
animación, risas y algún lloro, claro que sí.
Unas calles que se reforman y otras que emergen nuevas, es lo que
tiene el crecer un pueblo a lo ancho, la aparición de nuevos
tránsitos.
Pero
volvamos a la Calle Larga. Desde la esquina de la Iglesia la vista se
dirige veloz a lo alto, a donde estaba el Chabarcón, hoy
parque infantil. Esta calle es por donde el saliente sol penetra
hasta la plaza anunciando un nuevo día.
Cuento
una historia:
Esta
calle debe su nombre, por cierto, corto, pero de larga solera a un
acontecimiento que ocurrió a finales del siglo XVI.
Corría
el año de 1592, y se celebraba en la plaza pública un
torneo, al que acudieron de toda la comarca los mejores
arqueros. Se iba a saber quien era el que mas lejos lanzaba
su flecha. Las casas alrededor de la plaza impedían ver la
trayectoria de la flecha, excepto si se lanzaba en dirección hacia
donde se hallaba el abrevadero del ganado, que de continuo transitaba
por la Cañada Real Segoviana, el Chabarcón. Al que llevaba una
vereda que nacía justo alli, en la plaza, y agonizaba en el
Chabarcón.
Hétenos
aquí contemplando tan colorido grupo, lanzando sus flechas, y al
acabar el último arquero su turno, comenzaron a recogerse. Cada una
de ellas llevaba las divisas de su propietario.
Una
vez comprobada la distancia alcanzada, y tras el recuento de las
mismas se echó en falta una flecha, la que llevaba por divisas los
colores rojo,verde y blanco.
Hallábanse
en esta tarea cuando acertó a pasar por allí un hombre que venía
hacia el pueblo, y al comentarle lo que hacían, les dijo que orilla
del Chabarcón había visto una flecha clavada.
Raudos
se desplazaron al lugar y allí estaba la flecha hincada, con
el rojo,verde y blanco, sus divisas, flotando al aire.
Regresaron
a la plaza y relatando lo acaecido, dieron por ganador al arquero que
había logrado tamaña gesta. Ni el nombre, ni lugar de nacencia del
arquero se conocen.
El
pueblo, que es soberano y sabio, comentaba lo largo que había
lanzado la saeta, alabando su pericia y saber. También alguno
comentó que “ayudado por el viento de poniente”,
que se levantó cuando le tocó lanzar y alguien mas dijo que “a
todo ello había que sumarle el buen hacer del nuevo inquilino que se
había instalado hacía poco en su magnifica residencia: el
Señor San Pedro.”
Ahí
comenzó todo, los 525 metros que recorrió la flecha hicieron que el
pueblo comenzara a llamar aquella vereda, la vereda larga.
La
vereda creció, y se convirtió en camino. Y el camino en calle.
Nuestra Calle Larga.
Todo
el relato anterior suena a leyenda, a fábula, a cuento, ¿ verdad
?.....pero también a soñar que pudo ser cierto ¿ no? ¿¡por qué
no!?
Y
Garbayuela desde entonces no ha dejado, a su Calle Larga, de
llenarla de bullicio, alegría, tránsito, felicidad, de tertulia
nocturna en las noches veraniegas, de árboles, de máquinas que han
ido haciendo que las labores del campo sean menos fatigosas y el
caminar entre pueblos mas cercano y que en las noches oscuras de boca
de lobo, los ojos que en la Calle Larga están, nos hace sentirnos
mas tranquilos.
Justo Para Agenjo
Justo Para Agenjo
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Año 1945. Habitantes: 1.017 |
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Década de los 90. Habitantes 604 |
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Época actual año 2019. Habitantes: 508
Justo Para Agenjo
Bibliografía: Fotos procedentes del Instituto Geográfico Nacional-
Datos habitantes: Instituto Nacional de Estadística
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Muy interesante y curioso. Animo al personal a publicar.
ResponderEliminarCasi el doble de personas en la mitad de casco urbano.
Hasta los 70, 5-6 personas en cada vivienda. Hoy, numerosas casas vacías pero cualquier vecino tiene una o dos casas, dos cocheras, tres solares.........
Así era. Luego los hábitos cambiaron, el nivel de vida subió y hubo mas facilidad para construir. Me uno a tu deseo, unknown, de animar al personal a publicar cosas, aunque parezcan que no tienen interés.
ResponderEliminarMe ha impresionado como se ve el crecimiento de Garbayuela de siete décadas de fotografía aérea...me he imaginado como seria la vida en estas siete décadas...también me llama la atención como ha evolucionado la técnica y la calidad fotográfica a partir de los años 90...muy buen trabajo de investigación y de información.
ResponderEliminarGracias Eugenio. que sirva de estímulo para que se anime la gente a contar cosas.
EliminarMuy curiosa la historia de la calle Larga, poco larga es para todo lo que se ha vivido y vive en ella
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