“POR SAN BLAS, LAS CIGÜEÑAS VERAS”
San Blas procesionando |
Aparece en el refranero español en referencia a la habitual vuelta de estas aves migratorias, símbolo de Extremadura, que vienen a España y en especial a nuestra Región, desde África, cuando pasa el invierno y empieza el buen tiempo; aunque hay que reconocer, sobre todo los que vivimos por aquí, que sea por el cambio climático, o por lo que sea, las vemos entre nosotros prácticamente durante todo el año. Continúa el refrán diciendo: “… y si no las vieres, año de nieves”. Entonces, por lo que hemos vivido estos días de atrás, los dos refranes se van cumpliendo. Ya veremos si el año es “de bienes”, como afirma otra sentencia popular.
Lo que este año, por motivos de todos conocido no veremos, ni disfrutaremos, por tanto, es de los distintos momentos que siempre nos han dado estos días de finales del mes de enero, ni de nuestras fiestas de la Candelaria y de S. Blas, de principios de febrero.
Quizás este año no se aceleran las compras de ropa, ni de calzado, ni de otros productos especiales, ni de los caprichos típicos de estas fiestas
“Total, si no va a haber leño, ni procesiones, ni fiestas, ni ná y casi no va a venir nadie, ¿p’aqué nos vamos a emplear”?
Aunque yo creo que sí se harán canutos, rosquillas, candelilla… en nuestras casas como todos los años, “por si viene alguno”; y si no vienen, “se los mandamos en un paquete p’aque los prueben y no pierdan el gusto” ¡Hombre, que estamos en San Blas!
Pero hay otras muchas cosas que no las podamos incluir en el paquete porque nosotros, los que vivimos en el pueblo, tampoco las vamos a tener:
. El “ambientecillo” que se va creando en el pueblo con la llegada de familiares y amigos que vienen a pasar las fiestas, y que se nota enormemente su presencia en las calles, en las tiendas, en los bares… así como la llegada de los feriantes y el montaje de sus casetas.
Los futuros "danzaores" con D. Luis Agenjo, su Maestro e instructor. |
. La “musiquilla” de la danza y el ritmo de los palillos que se oye a lo lejos, cuando ensayan los niños en el patio de la escuela o en la pista polideportiva del campo de fútbol, para danzar en la procesión del día de la Candelaria, en la que debutarán los más pequeños, mientras que a sus padres y abuelos “se les cae la baba” viendo como aprenden a danzar.
. El ir y venir de las madres de estos niños, comprando o buscando ropas y atavíos para estos pequeños “danzaores” que acompañarán a la Virgen durante el recorrido de la procesión para, al terminar la Misa, bajar a San Blas de su trono, dándose así por iniciadas las fiestas de nuestro Santo Protector.
Quintos y quintas en todo lo alto |
. Tampoco podremos enviar el nerviosismo de las madres de los “quintos y quintas”, mientras preparan las migas con sus correspondientes aderezos, para invitar prácticamente a todo el pueblo y a los forasteros que se quieran a cercar a la “gran romería” que se organiza, “haga el tiempo que haga” con la traída del leño y a su posterior descarga en la Plaza, entre cánticos y risas, unidos al miedo de los familiares, por si alguno le pasa algo en esta operación.
. Y como es día de invitaciones tampoco les podemos enviar la de poder asistir al aperitivo que organiza el Ayuntamiento, en el que colabora también la Sociedad de Cazadores del pueblo, y al que puede asistir todo el que lo desee.
. ¡Qué lástima que este año no haya bailes, y que posiblemente a las diez de la noche estemos cada uno en nuestras casas, por causa del obligado confinamiento!
. Qué pena que el día de San Blas, el leño no esté ardiendo en la plaza, que no saludemos a los forasteros ni a las forasteras que vienen todos los años, ni haya músicos ni danzaores, ni esté la plaza a rebosar, ni gente en la procesión, ni puja por entrar al Santo en la Iglesia…
. Habrá Misa. Sí. Y por supuesto solemne. Y quizás antes de su comienzo asistiremos a una pequeña subasta para “subir el Santo a su Trono, en la que la pregunta “¿hay algún devoto que dé más?” sea más sobria y moderada que otros años, debido, creo yo, “a la falta de gente”, como dice un verso de una copla de la Aurora.
En fin, qué lástima que pasen estos días sin pena ni gloria, en los que posiblemente a algunos ni se le ocurra “vestirse de limpio”, “de ponerse la ropa de los días de fiesta”, de salir a la calle, (debidamente protegidos con su mascarilla y guardando todas las normas,claro). Y todo por culpa de este virus que nos trae de cabeza. Que no nos deja de disfrutar de estas fiestas tradicionales de nuestro pueblo, y que para “más inri” han sido declaradas recientemente “fiestas de interés cultural con carácter inmaterial”, y que esta circunstancia hubiera sido otro motivo para celebrarlas con más alegría.
Pero no perdamos la ilusión. Tengamos esperanza en que al año que viene todo volverá a ser como siempre, que volverá la “nueva normalidad”.
Pidámosle a nuestro santo S. Blas que haga posible que nuestros deseos se hagan realidad, que libres ya de pandemia, volvamos a juntarnos todos para honrar y celebrar su fiesta, y que volvamos decir con la fe, la ilusión y la alegría de todos los años:
¡¡VIVA SAN BLAS¡¡
Garbayuela, enero de 2021
Luis A. Agenjo Rivas
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