viernes, 19 de abril de 2024

PALOMILLA DE LOS MUROS

 

PLANTAS DE GARBAYUELA

PALOMILLA DE LOS MUROS, flor de muralla, cimbalaria, picardía, enredadera de muro, hierba del campanario, coqueta y Manto de la Virgen.

Nombre científico: Cymbalaria muralis.


He realizado una visita recientemente al pueblo y he podido disfrutar de una primavera excepcional en cuanto a la belleza y esplendor de la vegetación gracias a la enorme cantidad de agua que ha llovido en toda la Siberia Extremeña.

Al acercarme a comprar el pan y los extraordinarios dulces tradicionales de la panadería de Calero, vi sobre el quicio de la puerta de al lado una planta que me llamó la atención. Las características de las hojas y las flores, el lugar donde crecía (la grieta entre el muro de la casa y una pequeña caja registro de la luz) indicaban que era la planta llamada Palomilla de los Muros, pero el tamaño indicaba que no podía ser esa, la Palomilla alcanza apenas los diez centímetros y esta tenía casi tres metros de largo. Con asombro me aseguré enviando fotos a un experto. Me contesto asombrado que, como yo, nunca había visto nada semejante, era una Palomilla de los muros de tamaño gigantesco.

Palomilla de los muros ( Foto Andrés Rodriguez)


Voy a describírosla. Es una planta rastrera o colgante, sin pelos es decir glabra, de tallos ramificados, muy finos y delgados. Pertenece a las Plantagináceas, familia de algunas plantas medicinales importantes como los llantenes o la dedalera y de plantas con flores vistosas como los conejitos.

Sus hojas son algo carnosas, rojizas por el envés, con pecíolos largos y lámina redondeada, lobulada, con cinco a siete lóbulos muy ovados.




Tiene flores solitarias dispuestas sobre pedicelos largos que parten de las axilas de las hojas. Cáliz con cinco sépalos soldados en forma de tubo. Corola con dos labios y pétalos soldados en un tubo con un espolón; labio superior con tres pequeños lóbulos y el inferior con dos lóbulos de color violáceo y la garganta amarilla. Fruto en una cápsula casi gobosa con semillas pequeñas negras.

El nombre científico del género Cymbalaria proviene del griego “kymbalon” que significa “címbalo”, por la semejanza de las hojas con ese instrumento musical. El epíteto específico “muralis” procede del latín y significa “de los muros o paredes”.



Esta planta se siembra a sí misma, su método de propagación es poco común. Vive en las grietas y fisuras de las piedras, paredes y muros. Sus llamativas y pequeñas flores de abundante néctar atraen la atención de abejas y abejorros polinizadores, a los que, a pesar de su pequeñito tamaño, ayudan a dirigir su camino hacia su polen azucarado con las líneas de sus pétalos, llamadas guías de néctar. Una vez polinizada, esta plantita busca la oscuridad, y sus tallos se repliegan hacia la oscuridad de las grietas, donde sus semillas son empujadas a un entorno húmedo y protegido donde más tarde germinará. Y para asegurar todavía más su descendencia, algunas de sus muchas semillas volarán pegadas a su fruto, o serán transportadas por las hormigas, que las llevarán, como sus ayudantes jardineras, a las fisuras donde ellas viven.

Como vemos, además de muy ingeniosa, es muy bella. Ha sido objeto de atención por parte de botánicos, jardineros, pintores y otros artistas. Aparece en farmacopeas antiguas y en cuadros renacentistas italianos.

Hay quien dice que es nativa de la península itálica pero es más probable que su origen sea la Europa mediterránea.

Además de bonita esta planta es medicinal. Los análisis químicos demuestran que contiene flavonoides, taninos, ácidos y mucílagos. Se ha empleado tradicionalmente en infusión como tónica y diurética, para problemas hepáticos y diabetes, para combatir el escorbuto. Externamente, en llagas, heridas, quemaduras, sabañones o eccemas. La planta fresca y machacada, puede aliviar un dolor de cabeza, y sobre las heridas, puede cortar la hemorragia, desinfectando y ayudando a su cicatrización, también calma y alivia las quemaduras e inflamaciones de la piel. Son una fuente importante de vitamina C, con demostrada actividad antiinflamatoria, antimicrobiana, antitumoral y antiviral.

También es comestible. Aunque su sabor es bastante amargo, las podemos añadir a las ensaladas, a las que para equilibrar sabores, podemos añadir algo más dulce como zanahorias, naranjas, frutos secos o semillas tostadas. Cocidas o salteadas como si fueran espinacas, mejoran su sabor.

Un refrán popular de algunas partes de España dice: “Si crece la planta en las paredes de una casa, las muchachas casaderas no se casarán”.


Bibliografía

https://www3.gobiernodecanarias.org/

https://azufactorianatural.com/

https://matagananes.wordpress.com/


Andrés Rodriguez González


2 comentarios:

  1. Curioso e interesante artículo, Andrés. A mí me da la sensación de que esa planta lleva ahí pegada toda la vida. Bien merece dedicarle unas letras y un momento de atención.

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  2. He visto la planta muchas veces pero no había reparado en ella, la próxima vez que vaya a por el pan la miraré con más detenimiento.
    Gracia por el relato.
    Un saludo.

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